[NdeR: El fact checking o verificación de hechos ha sido retomado masivamente en el mundo. Sobre todo en la prensa de Estados Unidos, donde tienen un Presidente que acostumbra hablar –diríamos los mexicanos– sin los pelos de la burra en la mano. O con mentiras. La Unidad de Datos de SinEmbargo lanza este ejercicio, llamado simplemente “Dichos y Hechos”, para revisar frases, afirmaciones o documentos de figuras públicas para saber si están sustentados.]
EL DICHO: “[A] través de su sindicato [de Petróleos Mexicanos], liderado por el Senador Carlos Romero Deschamps, mi amigo, juntos modernizamos […] a esta esta gran empresa para insertarla en el nuevo entorno nacional y mundial” (José Antonio González Anaya, director general de Pemex, al encabecer el septuajésimo noveno aniversario de la industria petrolera nacional, en Ciudad del Carmen, Campeche, el 18 de marzo de 2017).
EL HECHO: Nada acerca de Carlos Romero Deschamps pareciera moderno o parte de un proceso modernizador, contrario a lo que expresó el actual director de Pemex, copartidario del líder sindical mexicano -quien es miembro activo del Partido Revolucionario Institucional (PRI) desde 1961-. Y es que Deschamps es un fósil arraigado a la paraestatal: en 1969 llegó a Pemex, y para 1971 ya se había infiltrado en el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), durante la revisión del Contrato Colectivo de Trabajo celebrada ese mismo año. Más de una década más tarde, en 1993, Romero Deschamps asumió de manera interina la secretaría general del Comité Ejecutivo del Sindicato. Tres años después, pasaría a hacerse cargo de la dirección de la unión de trabajadores petroleros. Desde entonces, el priista de hueso colorado ha sido electo en cuatro ocasiones seguidas, para un mandato que parece vitalicio. En la actualidad y hasta el año próximo, Carlos Romero Deschamps representa a cerca de 200 mil empleados de Pemex. Y quizá, en 2018, lo veamos ocupar su quinto periodo consecutivo. Nada raro sería, después de todo, el sindicato es para el PRI una mina de apoyo, ya sea por la vía electoral o por el soporte financiero que supone -para financiar movimientos políticos y campañas electorales del Tricolor-. En ese contexto, sucede que Deschamps, como su antecesor, Joaquín Hernández Galicia (“La Quina”), han fungido como administradores de una caja chica personal y del priismo.
#DichosyHechos no concuerda con José Antonio González Anaya. Deschamps, más que ser una pieza clave para “modernizar» a Petróleos Mexicanos, es clave para entender su podredumbre. Así lo sugieren los siguientes datos.
· Pemexgate: Entre el 31 de mayo y el 19 de octubre del año 2000, el entonces director de Pemex, Rogelio Montemayor Seguy, transfirió 1 mil 100 millones de pesos mexicanos, sin la autorización del Consejo de Administración de la paraestatal, al sindicato petrolero -a unas cuentas bancarias registradas en Houston, Texas, en Estados Unidos-. El monto habría regresado a México… pero a las arcas del PRI. Ese año también se inició un escándalo por el suceso: el 21 de junio, Germán Martínez, Diputado blanquiazul, y Ramiro Berrón, empleado de Pemex, denunciaron ante la Procuraduría General de la República un supuesto desvío de recursos (alrededor de 480 millones de pesos) para apoyar la campaña presidencial del candidato tricolor Francisco Labastida Ochoa. Para enero de 2001, ya bajo la administración de Vicente Fox Quezada, Montemayor ya habría abandonado su cargo, entrando en sustitución Raúl Muñoz Leos. Fue durante es mes que la Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo (Secodam) inició la auditoría al ejercicio presupuestal de Pemex de 1997 a 2000. A finales de 2001, bajo la averiguación previa PGR/UEDO 182/2001, la Secodam denunció en lo penal irregularidades en el manejo de recursos federales por 1 mil 580 millones de pesos. En 2002, Montemayor y otros funcionarios fueron acusados de peculado y uso indebido de recursos públicos. Tras un largo proceso legal, el otrora director de Pemex fue exonerado, luego de que el juzgado Sexto A de Distrito en Materia de Amparo desechara las acusaciones en su contra.
· Los “gastitos» de Deschamps: A finales del año pasado, se dio a conocer que mientras el salario de los trabajadores de Pemex tuvo un aumento del 3.2 por ciento, los ingresos del sindicato petrolero aumentaron en seis puntos porcentuales (o en 18 millones de pesos). Según el Convenio Administrativo Sindical 10789/2016, Pemex entregaría a la unión de trabajadores 314 millones 325 mil pesos bajo concepto de “Ayuda al Sindicato”, además de 7 millones 420 mil pesos por “Cuota para Gastos” del Comité Ejecutivo General (un total de 321 millones 745 mil pesos). De acuerdo con El Financiero, «lo que recibirán los líderes sindicales en 2017 es similar al costo de los estudios de pre inversión para el desarrollo del Campo Trión en aguas profundas del Golfo de México» (392 millones de pesos). Esta práctica lleva rato. SinEmbargo (Linaloe R. Flores/SinEmbargoMX/10-XI-2014) dio a conocer que entre 2004 y 2014, la organización dirigida por Romero Deschamps recibió más de 135 millones de pesos para “Gastos para los festejos del Desfile del 1 de Mayo”. Para viajes, en esta década, Romero Deschamps y los miembros del Comité Ejecutivo Nacional del sindicato se despacharon 227 millones de pesos. En esos 10 años, el STPRM recibió cerca de 1 mil 600 millones de pesos en total, para gastos en festejos, viajes y revisiones de contratos colectivos de trabajo.
· La «modernización» de Pemex: No es secreto que el dinero generado por Petróleos Mexicanos ha terminado en todos lados salvo en los rubros adecuados para su modernización. México tiene seis refinerías distribuidas en los estados de Nuevo León, Tamaulipas, Guanajuato, Hidalgo, Veracruz y Oaxaca. Fueron construidas en la década de los 70 y no fue sino hasta finales de 2015 cuando se comenzó a invertir en ellas mediante asociaciones público-privadas. Como resultado, en el Plan de Negocios 2017-2021 de Pemex, la petrolera aceptó que pasó de ser la tercera productora de petróleo del mundo en 2004, a la octava en 2015. Gracias a ello, entre otras cuestiones, el país no estuvo preparado para el proceso de liberación de los precios de las gasolinas al mercado internacional, lo que culminó con el aumento de los combustibles a principios de este año (el denominado “gasolinazo”). De acuerdo con la compañía petrolera, mientras que en el año 2000 la paraestatal producía un total de 3 millones 31 mil 522 barriles diarios de petróleo crudo (pesado, ligero y superligero), al cierre del año pasado produjo 2 millones 35 mil 254 barriles diarios, es decir, un 33 por ciento menos producción en un lapso de 16 años. Asimismo, la Base de Datos Institucional de Pemex refiere que en enero de 2000, la empresa exportaba 17 millones 667 mil barriles diarios de gasolina (Magna y Premium), e importaba 66 millones 18 mil barriles diarios. Para el cierre de noviembre de 2009 -los datos más recientes disponibles-, Pemex reportó la exportación diaria de 473 mil barriles de gasolina y la importación de 385 millones 15 mil barriles diarios. Los datos anteriores indican que la paraestatal, más que modernizada, se halla en deterioro.
· Los lujos del líder sindical: A lo largo de los años, la prensa nacional y extranjera han reportado la exquisita vida de opulencia que Carlos Romero Deschamps lleva. En 2005, se supo que el hijo del líder sindical, Romero Durán, pagó casi 8 millones de dólares por dos departamentos de “ultralujo” en la torre The Bath Club de Miami -ese año su padre se habría embolsado 84 millones de Pemex por revisar el Contrato Colectivo de Trabajo-; en 2012, la hija de Carlos Romero, Paulina Romero, quien esta semana contrajo matrimonio, ostentó en redes sociales un viaje que realizó a bordo de un avión privado -su padre consiguió 121 millones 500 mil pesos por revisar otro Contrato Colectivo-; en 2013, se supo que Romero Durán tenía un Enzo Ferrari edición limitada (valuado en 25 millones de pesos). Un año antes de la adquisición, su progenitor se llevó 129 millones 500 mil pesos por revisar otro contrato. Los ejemplos pueden ser muchos -yates, múltiples propiedades, relojes millonarios, entre otros-, pero Deschamps huele a podrido. Hace un mes, Arturo Flores, dirigente de la organización disidente «Petroleros Activos en Evolución, Por un México Nuevo”, acudió a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada para ampliar la denuncia penal en contra de Romero Deschamps -que data del 19 de octubre de 2016-. El sindicalista es acusado por los delitos de peculado, lavado de dinero y defraudación fiscal.
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¿Verdad o mentira? MENTIRA. Mientras el director general de Pemex asegura que «junto con» Carlos Romero Deschamps ha logrado “modernizar” a Petróleos Mexicanos, los datos recopilados indican lo contrario: Pemex no ha dado mantenimiento a sus refinerías; su producción ha decrecido en los últimos 16 años; y su déficit comercial no ha mejorado. En contraste, la economía personal del líder sindical ha ido al alza; sus gastos al frente del Sindicato son exacerbados; la corrupción y la complicidad con el PRI no pareciera cesar; y tal parece ser que la dinámica no concluirá pronto.